La Denominación de Origen Cariñena se constituyó en 1932 siendo la más antigua de Aragón. El Campo de Cariñena está situado en pleno Valle del Ebro, en la provincia de Zaragoza.
Cariñena tiene una historia de auténtica fidelidad con la viticultura, ya los romanos le pusieron el nombre de «Carae» es decir «tierra de vinos«. La relación de Carinena con la vid se ha perpetuado a lo largo de los siglos hasta nuestros días y es que siempre se han conservado los viñedos en esta tierra. De generación en generación, la cultura del vino ha impregnado a sus gentes haciendo de ella su modo de vida.
La vid ha encontrado aquí las condiciones perfectas para su desarrollo y para la producción de unos vinos con unas cualidades muy apreciadas. La conjunción de temperaturas extremas, la presencia del Cierzo, las bajas precipitaciones, el suelo, las altitudes de entre 400 y 800 metros y la orografía crea unas condiciones excelentes para la viticultura.
El paisaje de Cariñena se caracteriza por sus tierras pedregosas, de ahí que al vino resultante se le denomine el «Vino de las Piedras«. No hay lugar en esta tierra en el que no estén presentes las piedras. Piedras que obligan a las viñas a sobrevivir en condiciones extremas y que dan como resultado uvas más aromáticas que las cultivadas en otras tierras.
Ya escribió Voltaire a su amigo el Conde de Aranda describiéndole así el vino de Cariñena: «Si este vino es de vuestra tierra, es cierto que la tierra prometida está cerca».